5.- obstáculos ocultos
Por: Rogelio
5.- obstáculos ocultos.
Muchas veces se esgrimen ante el fracaso excusas como la discriminación por edad, sexo ó raza; pero otras muchas no se trata tan solo de excusas.
Veamos el caso de una escultora neoyorquina cuya obra se había exhibido año tras año en una prestigiada galería que se cerró cuando falleció el dueño. La escultora de cuarenta y tantos años, descubrió con asombro que en ninguna otra galería querían exponer sus obras. Por fin, un tratante le explicó el inconveniente: “Es por su edad”.
Ella no podía creer lo que estaba oyendo, pero dejó que aquel hombre siguiera explicando. Resultaba que las galerías preferían a los nuevos artistas, quienes pudieran ser “descubiertos” por los críticos, ó bien, a los consagrados, cuyo trabajo alcanzara altos precios. Ella era de edad madura, y su obra, de precio intermedio.
A la escultora no le agradó aquello, pero no lo echó en saco roto. Dejó de buscar a los negociantes de arte establecidos, y comenzó a comerciar con sus obras por cuenta propia…con notable éxito.
La verdad es que los obstáculos ocultos son dificilísimos de combatir. Cada día son más las personas que, como la escultora, se enfrentan a ellos y consideran la posibilidad de establecerse por cuenta propia. Aferrarse al statu quo, a despecho del fracaso, puede resultar relativamente cómodo. Hay que hacer el esfuerzo de sopesar las alternativas, basándose en un análisis realista de la situación, si se desea recobrar el control de la propia vida para asegurar el porvenir.
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5.- obstáculos ocultos.
Muchas veces se esgrimen ante el fracaso excusas como la discriminación por edad, sexo ó raza; pero otras muchas no se trata tan solo de excusas.
Veamos el caso de una escultora neoyorquina cuya obra se había exhibido año tras año en una prestigiada galería que se cerró cuando falleció el dueño. La escultora de cuarenta y tantos años, descubrió con asombro que en ninguna otra galería querían exponer sus obras. Por fin, un tratante le explicó el inconveniente: “Es por su edad”.
Ella no podía creer lo que estaba oyendo, pero dejó que aquel hombre siguiera explicando. Resultaba que las galerías preferían a los nuevos artistas, quienes pudieran ser “descubiertos” por los críticos, ó bien, a los consagrados, cuyo trabajo alcanzara altos precios. Ella era de edad madura, y su obra, de precio intermedio.
A la escultora no le agradó aquello, pero no lo echó en saco roto. Dejó de buscar a los negociantes de arte establecidos, y comenzó a comerciar con sus obras por cuenta propia…con notable éxito.
La verdad es que los obstáculos ocultos son dificilísimos de combatir. Cada día son más las personas que, como la escultora, se enfrentan a ellos y consideran la posibilidad de establecerse por cuenta propia. Aferrarse al statu quo, a despecho del fracaso, puede resultar relativamente cómodo. Hay que hacer el esfuerzo de sopesar las alternativas, basándose en un análisis realista de la situación, si se desea recobrar el control de la propia vida para asegurar el porvenir.
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